La Terapia Ocupacional en los centros penitenciarios.
El procedimiento de la
privación de libertad de personas en centros penitenciarios como método de
condena por cometer algún delito, es la práctica habitual en la mayoría de las
culturas actuales; sin embargo, en la actualidad se han manifestado una serie
de problemáticas relacionadas con este procedimiento, ya que se ha perdido la
efectividad del verdadero sentido de enviar a recluir a estas personas que
infringen la ley, pues no se trata de castigar, sino de reeducarlo para que al
reinsertarse en la sociedad tenga las herramientas necesarias para
desenvolverse junto a las demás personas.
La problemática de
las personas que se encuentran privadas de libertad es compleja no sólo durante
su estancia en prisión, sino antes y después de esto. A
veces las personas traen consigo dependencia a diversas sustancias, trastornos
mentales, trastornos psicológicos, distorsiones en la concepción de la vida en
sociedad, familias desestructuradas, procesos de formación, escolarización y
laborales truncado, entre otros aspectos en su historial. Todas estas
circunstancias que forman parte del ser y del comportarse de esas personas
llevan implícito un desequilibrio ocupacional que se traduce en su rutina a
nivel de auto cuidado, de ocio, de formación, de trabajo, de satisfacción con
sus ocupaciones, de pérdida de interés ocupacional, etc. Este resquebrajamiento
ocupacional es producto y causa a la vez de ese malestar psicosocial de la
persona que ha cometido delito, de tal modo que se produce una retroalimentación.
El entorno
penitenciario como institución y como centro le supone al interno un contexto
favorecedor por un lado (encuadra, marca pautas, da cobertura a necesidades
básicas, facilita la educación, el desempeño de un oficio, la atención especializada)
y por otro desfavorecedor (disminuye la cantidad y la calidad de relaciones
socio afectivas, dificulta la interiorización de la necesidad de la norma
social, propicia la visión de uno mismo como perteneciente a un segundo micro mundo
apartado de la realidad social externa, se promueve el control externo del
comportamiento, lo que pone obstáculos para la adquisición de la independencia
ocupacional).
Según Rincón, Ruiz,
García y Teomiro (2006) al traducir esto al lenguaje ocupacional, se puede
decir que se produce una situación de “deprivación ocupacional” (Yerxa 1989,
Whiteford 1997, Wilock 1998), fruto de una combinación de factores internos a
la persona y ajenos a ella (contexto) y que hace que la persona no pueda
adquirir, usar o disfrutar algo. Las personas o no tienen fácil acceso o no
saben llevar a cabo rutinas diarias como prepararse la comida, participar en
ocupaciones significativas, cuidar un espacio propio, etc. Esto provoca efectos
nocivos en la salud, en el bienestar y en el crecimiento personal. La
deprivación ocupacional se ha visto que contribuye a los motines, los
suicidios, los episodios psicóticos, las disputas entre internos.
Según la
información investigada y los conocimientos básicos acerca de la profesión, se
podría agregar que la principal misión del Terapeuta ocupacional es apoyar a la
persona para que re signifique su vida, a través de las actividades que le son
más importantes y a las cuales otorga mayor valor, pudiendo así tomar las riendas de su propia vida desde la ocupación más básica en su
acontecer diario, y como se mencionó anteriormente, potenciar las habilidades
adquiridas en el proceso de reclusión para así poder comenzar de cero en la
sociedad. Sin duda la tarea es ardua, debido a la escasa información existente
acerca del tema y a los constantes prejuicios que deben vivir estas personas a
manos de la sociedad misma que limita las oportunidades.
Las iniciativas de
aplicar la Terapia Ocupacional en el ámbito penitenciario, surge con la
principal motivación de dar validez a la ocupación como medio terapéutico. En
el interior de los penales surgieron talleres artesanales complementados con
otras actividades como las relacionadas con cultura y deportes. Con la realización de estos talleres se refuerza la unidad e identidad del grupo
transformándose en un efecto integrador dentro del penal.
Estos talleres
tienen dos funciones, una parte permitiría a los recursos rescatar una parte
productiva y proveedora de recursos; la otra parte tiene que ver con el
descubrimiento de nuevas habilidades y destrezas que estas personas no
conocían, estimulando por sobre todo la autonomía y confianza en sí mismos. En
el trascurso del proceso surgen otras instancias que ayudarían a
contrarrestar el clima hostil de la cárcel e iniciativas tales
como talleres de discusión y capacitaciones, que favorecen la unidad del grupo,
fortalecen roles e identidades de cada uno de los participantes del proceso.
Debido a estas
características mencionadas anteriormente es por lo que se destaca la
Intervención de la Terapia Ocupacional, ya que en estas condiciones ofrece un
nuevo instrumento terapéutico: el trabajo en grupo.
Se piensa que
principalmente una de las principales tareas abordadas por el Terapeuta
Ocupacional tiene que ver con la reinserción, debido a los diversos historiales
de vida que traen consigo los reclusos, y que este al terminar la condena no es
el mismo que hace algunos años atrás y la sociedad a la que vuelve también ha
cambiado.
La persona tiene
ciertas expectativas en cuanto a su libertad y deberá enfrentarse a una
sociedad llena de estigmas, es recién el comienzo de un largo camino.
Un elemento en el
cual hay que poner énfasis es en la reinserción familiar, ya que la persona
mientras vivía en prisión se producía, a su vez, una desvinculación, perdida de
roles y los cambios que el tiempo y la experiencia vivida hacen imborrables.
En relación a la
reinserción laboral, se debe recalcar que es un proceso paulatino, ya que la
persona al estar encarcelada, se encuentra las destrezas laborales disminuidas
y se deben establecer nuevas rutinas de trabajo. Para enfrentarse a este
proceso se realizan talleres laborales con la idea de orientar y determinar una
cotidianeidad nueva. Sin duda el aspecto fundamental esta dado por el ejercicio
práctico de un quehacer laboral, que propiciaran diversas actitudes que
propiciaran la reinserción.
Para finalizar, es
importante destacar que la inserción social no es únicamente que obtengan
trabajo, estudien y por lo tanto adquieran autonomía, sino que de a poco vayan
adquiriendo todas las potencialidades que como seres humanos tienen. La idea es
que logren vivir dignamente en la sociedad conviviendo naturalmente con las tensiones y conflictos que ésta provoca.
Fuente: http://eltoinformado.blogspot.com.es/
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